Durante mi paso por la gestión pública en la Municipalidad de Lima, me tocó responder muchos cuestionamientos a las decisiones de gobierno, así como mis actividades, viajes e ingresos recibidos, entre otros. Responder esos cuestionamientos no es, muchas veces, cómodo ni agradable, especialmente cuando viene cargado de motivación o incluso veneno político. Sin embargo, cualquier funcionario público sabe que está obligado a responderlos.
Recientemente, hemos leído algunas acusaciones sobre nepotismo en la Municipalidad de Lima. Es una acusación grave que debe ser respondida y aclarada cuantas veces sea necesario. Si hay algo que siempre hemos criticado es el uso del poder y recursos públicos para favorecer intereses personales o familiares.
En razón a este principio, me parece oportuno compartir la siguiente información.
Cuando se constituyó el primer equipo técnico de la gestión municipal de Lima a fines del 2010, donde me tocó participar como Presidente de la Comisión de Transferencia y luego como Gerente Municipal, decidimos convocar a los mejores cuadros técnicos de Fuerza Social, y también de técnicos independientes. Entre los independientes convocamos al Sr José Miguel Castro como Gerente de Finanzas, cargo de alta confianza y donde puedo expresar mi satisfacción por su muy buen desempeño. También convocamos al equipo municipal a la Srta Daniel Maguiña y a Alvaro Espinoza, militantes de Fuerza Social, quienes no solo apoyaron en la campaña, sino en el plan de gobierno. Son de hecho, de los mejores cuadros técnicos profesionales de FS.
Escuchar que existió nepotismo por parte del Sr Castro, con Daniela Maguiña y Alvaro Espinoza (hoy cuñada y concuñado), cuando la decisión de incorporarlos al equipo municipal la tomamos nosotros en el 2010, me llama la atención. A ello debemos agregar que el Sr Espinoza y la Sra Maguiña contrajeron matrimonio a mediados del ...2012! No veo, aun haciendo un gran esfuerzo, como el Sr Castro pudo influir en nuestra decisión en el 2010, para contratar y favorecer a su futura cuñada y concuñado.
Espero que esta información ayude a los regidores fiscalizadores de oposición a formular mejor sus acusaciones. Si hubo o no nepotismo, las instancias correspondientes lo dirán (entiendo además que el Sistema de Control ya se pronunció, sin encontrar prueba alguna). Como dijimos al inicio, todo funcionario público está sometido a escrutinio y tiene que responder. Sin embargo, de mutuo propio hemos querido compartir esta información para una completa y justa evaluación.
m/p
lunes, 4 de noviembre de 2013
domingo, 14 de julio de 2013
Servidores públicos, sí. Burócratas, no
(artículo publicado en Velaverde el 08 de julio)
Dicen que quienes se oponen a los cambios son los que saben
lo que van a perder. Y que los que se resisten, los que no saben lo que van a
ganar. También es cierto que las reformas más difíciles son aquellas donde los
sectores resistentes y opositores, aunque minoritarios, son muchos más activos
que la mayoría que se beneficiará. La Nueva Ley del Servicio Civil tiene todos
estos elementos: más resistencia que oposición, pero de una activa minoría
sindical y política.
Los principios de la Ley son relativamente simples. De
hecho, copian y mejoran lo que ya funciona en las mejores instituciones
públicas como el BCR, la Cancillería o la SUNAT: introducir la carrera pública
por méritos. ¿Y eso qué significa? Que los funcionarios trabajarán como
servidores públicos motivados por incentivos, y no como burócratas,
desmotivados y mal tratados.
¿Quienes pierden con esta Ley? Nadie, porque es voluntaria.
Los que están contentos con sus derechos laborales adquiridos (276 y 728),
pueden permanecer en su régimen y mantener, entre otros, su derecho a la
negociación colectiva por sueldos. Curioso que los sindicatos se opongan a una
Ley que no les afecta. Su posición más parece defender su espacio de poder y
representación, que si bien no disminuye ya no podrá aumentar con los
funcionarios en el nuevo régimen. Tampoco pierden los trabajadores que se
incorporarán, porque la Ley les ofrece mejores sueldos, beneficios sociales y
estabilidad.
¿Quienes ganan con la nueva Ley del Servicio Civil? Para
empezar, los usuarios y ciudadanos que pagamos impuestos. Y directamente, todos
los nuevos funcionarios públicos. La nueva Ley propone mejoras laborales sensibles
con adecuados incentivos. Como diría un colega, un médico trabaja de una manera
en el hospital del MINSA y el mismo médico, de otra manera, en la clínica
privada. ¿Por qué? Porque en uno tiene los incentivos adecuados. Y no es solo
un tema de sueldos. Diversos estudios han demostrado que los verdaderos
incentivos en la carrera pública son: formación continua, beneficios sociales (como
seguro médico, vacaciones, licencia de maternidad, etc) y especialmente,
posibilidad de promoción y ascenso profesional o técnico. Todo esto propone la
nueva Ley del Servicio Civil.
La reforma es muy ambiciosa porque plantea corregir la hoy
informal y desordenada política de recursos humanos de la megacorporación
llamada Estado. Basta mirar la caótica situación actual. Salvo muy contadas
excepciones, entrar a trabajar al Estado exige tener “contactos”, no hay
vacaciones, no hay seguro decentes, y cada 3 o 6 meses hay que esperar la
renovación del contrato, no hay protección frente a presiones políticas y ni
hablar de cambios de gobierno. Ese es nuestro Estado.
Sí hay que decir que una reforma de esta escala y
complejidad, exige un trabajo político con los actores, incluyendo a los
sindicatos. Su violento rechazo debe entenderse como la resistencia típica a
los cambios, y no tanto a la oposición, porque repetimos, el nuevo régimen es
voluntario para los sindicalizados. Siendo así, la resistencia se resuelve
discutiendo y negociando. Por supuesto, si la posición de esta minoría sindical
persiste, hay que explicar a la ciudadanía por qué esta reforma beneficia a una
inmensa mayoría de peruanos, hartos ya de la muy baja calidad de los servicios
públicos que recibe. Por su parte el Estado tiene que reconocer que debe
construir legitimidad, confianza y credibilidad con sus ciudadanos, pero
también con sus trabajadores. Si no, éstos seguirán prefiriendo ganar derechos
salariales con pliegos de reclamos, mientras
no los convenzan que un sistema meritocrático justo y transparente es
mucho mejor. La mesa de negociación debe abrirse.
Miguel Prialé Ugás, economista
domingo, 24 de marzo de 2013
Después de la revocatoria, qué espera Lima?
Me
he tomado el trabajo de leer casi todas las opiniones de analistas sobre los
inesperados resultados del 17 de marzo. Federico Salazar, Mario Ghibellini,
Martín Tanaka, Raúl Tola, Augusto Alvarez, Sinesio López, Rosa María Palacios, hasta
los abiertamente críticos como Cecilia Valenzuela, Fritz DuBois o Eugenio de Medina. Podemos discutir su interpretación de los resultados, los que perdieron
y ganaron, pero todos coinciden en la necesidad que Susana Villarán concluya su
gobierno con éxito.
Desde
el punto de vista de ciudad, creo que Lima no perdió. Y lo digo así porque al
mantener a la Alcaldesa, se evitó caer un muy complicado escenario de
incertidumbre política y alta inestabilidad de gobierno. El que siga Susana
Villarán es una tranquilidad para que Lima tenga autoridad en la gestión
municipal, y continúe las principales reformas y los proyectos que se han
trabajado en el 2011-2012. Pero hasta ahí nomás. Creer que Lima ganó o que la victoria fue total para el NO, es no solo un
optimismo exagerado sino una visión incompleta del equipo municipal.
Decir
que los errores de la gestión municipal en los dos primeros años fue por
funcionarios inexpertos e incompetentes es descalificar injustamente a todo un
equipo profesional que lideró 37 gerencias. Errores hubieron en la Municipalidad,
pero que eso justifique, sustente una revocatoria del gobierno municipal, o que haya sido la fuente principal de los errores políticos del
gobierno de Susana Villarán, es muy inexacto. La gerencia pública es un déficit en el Estado. Juzgar un equipo, exige primero entender cómo se arman y luego hacer un balance integral.
Gobernar
es ante todo, administrar bien los servicios públicos. Ni la popularidad ni la sola
imagen de Bob El Constructor hacen un buen gobierno, sino la capacidad para resolver
los problemas de los vecinos. Los
niveles de satisfacción y desempeño de los principales servicios públicos,
medidos por encuestas independientes, son más que aceptables: SAT, SISOL,
Parques Zonales, Metropolitano, Emape, Registro Civil, Cultura, etc. El hecho
además que Lima sea una de las ciudades más atractivas para invertir dice mucho
a favor de la gestión municipal.
Es
verdad que muchos áreas siguen con problemas: Seguridad Ciudadana, Defensa
Civil, Sanidad, Emmsa, Setame, etc. También es cierto que algunos errores debieron
asumirse con cambios de funcionarios. Fuerza Social tiene un balance a puerta
cerrada que hacer, y estoy seguro que lo hará con mucha madurez y autocrítica.
Desde
el punto de vista de los actores políticos, no hay que dedicarle muchas líneas al APRA y
Solidaridad Nacional. Ellos también harán el balance sobre su participación. Un
testaferro tan teatrero como criollón, un congresista con plata pidiendo
asueto, otro aprista mediático con medias verdades, una portavoz solidaria y solitaria,
un líder que nunca salió del closet, demuestran el nivel que tiene nuestra
clase política. Para llorar.
Sobre
el PPC, reitero públicamente mi reconocimiento a su apoyo por el NO. Si la
Alcaldesa sigue en su cargo, es porque el empujón del Partido de Lourdes Flores
fue efectivo. Eso hay que reconocerlo y valorarlo. He tenido muchas críticas al
PPC y a alguno de sus regidores, y también a sus posiciones y votaciones bizarras
en el Concejo. Pero ahora toca agradecer al PPC y sus voceros regidores, no por
Fuerza Social sino por Lima. Si estuviéramos en una democracia madura, yo diría
que este hubiera sido la coyuntura perfecta
para proponer a Lima una cohabitación de gobierno a la francesa. Pero el PPC ya
dijo que no asumirá ninguna gerencia. Punto final?
Sobre
la Confluencia y Fuerza Social, aun en la derrota electoral y el purísimo resultado para la bancada revocada, sigo creyendo que han cumplido con
responsabilidad su función de regidores en el Concejo de Lima. Han asumido todo
el costo político que apuntó al Gobierno Municipal y a la Alcaldesa, y nadie
puede negar que esa mayoría apoyó con lealtad a Susana Villarán en todas sus
decisiones de gobierno. Muy lejos está esa imagen que muchos quieren vender, que
Lima estaba siendo gobernada por radicales rojos que nos iban a llevar directo
al caos. Una caricatura que solo refleja la alergia a tener fuerzas de
izquierda gobernando la capital. Eduardo Zegarra y Marisa Glave han sido
voceros de excelente nivel, una nueva generación para la clase política.
Qué
viene para Lima luego de la revocatoria? Un escenario ya bastante bueno será
que se consolide la reforma del transporte. Que se adjudique los ganadores de
la licitación de los corredores complementarios, que se implemente el
reordenamiento de taxistas y que se termine de reordenar puntos críticos como
av. Javier Prado, Av Angamos y Panamericana Norte. Igualmente que se siga
apoyando programas exitosos como Cultura Viva, los nuevos Parques o Ciclodía.
En
cuanto a los proyectos, que se concluyan las obras públicas como Costa Verde y
Barrio Mío, se inicien las concesiones de los megaproyectos Nuevas Vias y Via
Expresa Sur, y se dejen en marcha los nuevos como Túnel Surco La Molina o el de
Tratamiento y recojo de basura para Lima. Si Susana Villarán logra estos
resultados, habrá superado los altos estándares que le dejaron Alberto Andrade
y Luis Castañeda (pero en 4 años, y no en 8).
Siendo
realistas, este es el mejor escenario al que se debe apuntar, aunque no el más
probable. Como lo ha demostrado los dos primeros años, sin alianzas políticas
sólidas, va a ser muy difícil gobernar Lima. Ese quizás fue la lección
aprendida y el error político más duro del período 2011-2012 para Fuerza
Social. Tomar decisiones pensando en el interés público, como si fuera una
abstracción de todos los intereses particulares que lo conforman. Baldazo de
agua fría de real politik.
Cómo
concretará la Alcaldesa su promesa de un gobierno de ancha base, será su
principal reto. La Confluencia y Fuerza Social siguen siendo su mejor base
política organizada y activa. Difícil pensar que otro actor la proteja
políticamente cuando las papas quemen. Salvo que quiera poner piloto
automático, también deberá reforzar sus áreas claves en el Municipio,
especialmente en Seguridad Ciudadana, Emape, en Inversiones y en Emmsa. Todos queremos que Susana
Villarán tenga todo el apoyo para gobernar. Ya tiene 42% de popularidad, no es un mal punto de partida. Si ella gana, Lima gana. Tan simple
como eso.
m/p
domingo, 13 de enero de 2013
entender las razones del SI
A 2 meses para la consulta de
revocatoria en Lima, se puede observar mejor las razones para el voto por el
SI. Los promotores de la revocatoria dicen que Lima está parada, y atacan la
gestión acusando a la Alcaldesa que no hace nada, no ejecuta obras, no tiene buenos
equipos, es incapaz, es improvisada, es soberbia.
No importa si es verdad o media
verdad, lo cierto es que esa es la percepción de una parte importante de la
población de Lima. Y si hay una lección aprendida es que en política, una
percepción es una realidad y también una razón. A la gente no parece importarle
los intereses politizados de los revocadores sino SUS propias razones, las razones del hombre común de la calle, que son las que deben merecer atención y preocupación.
Siempre he pensado que la gestión
pública y gobernar, necesita de dos cualidades: 1) vocación de servicio público y 2) habilidad
política. Habiendo participado en esta gestión municipal, puedo afirmar que ambos
elementos existen, y sin embargo, no han sido eficaces para evitar un proceso
de revocatoria. Cuáles han sido esos errores que han alejado a una buena parte
de limeños de sus autoridades municipales? Ensayo aquí algunas razones; razones
que nos confirma la lección que la percepción y la imagen sin ser todo, es muy
importante en política.
SOBERBIA. Hay una percepción de
soberbia en la gestión municipal. Esa percepción (aunque injusta para sus
defensores, es real y muy dañina) se ha alimentado por las limitaciones para defender
y explicar decisiones difíciles (reforma del transporte, La Parada), o admitir y
corregir a tiempo los errores que inevitablemente se cometen cuando se
gobierna. Limitaciones que no se deben a la falta de actitud de la MML, sino principalmente
al hecho de no manejar bien las exigencias de reacción y las críticas ante la
opinión pública, para hacer el puente y exponer las cualidades de gobierno y seguir
trabajando. A pesar que esta gestión empezó evitando los autobombos y la
publicidad personalista, no ha encontrado aún la fórmula para mostrar sus
virtudes en su estilo de gobierno (y mantener la humildad). Reconocer asimismo,
que hay una dosis de soberbia cuando se cree que ser honesto y bien intencionado
es una razón para no ser revocado. La gestión de la MML tiene mucho más
virtudes que esas para mostrar!
INCOMPETENCIA E IMPROVISACION. Cuando
la opinión pública reclamaba acción o reacción ante problemas concretos que el
Municipio debía atender (basura, semáforos, huecos, asaltos, ambulantes) las
respuestas no tuvieron contundencia. Como si esos temas “menores” no fueran
importantes. La opinión pública, los medios y la prensa no recibían material
para mostrar la reacción de las autoridades municipales. Y cuando recibían material,
la gestión no aprovechaba esos espacios mediáticos para ganar una mejor
percepción de capacidad y eficacia. A ello sumamos compromisos asumidos pero
que no lograron materializarse, lo que fue carne fresca para los críticos y
adversarios políticos. Gobernar Lima es como gobernar un país, lo que te pone en
el primer nivel de exigencia en la práctica política y de buen gobierno. Cualquier
gestión en la MML tiene que gobernar con una tribuna y un público hipercríticos.
SECTARISMO Y AMIGUISMO. Esta
gestión ganó Lima por 50mil votos (una cabeza de hormiga) y ha gobernado Lima
sin alcaldes distritales de su partido político. Es un escenario que ha requerido
un esfuerzo abierto y permanente de tendido
de cuerdas y de correlación de fuerzas políticas. Ese trabajo ha existido pero
no ha sido suficientemente efectivo; persiste en muchos esa imagen (con mucho
ajinomoto y cero carne por cierto) que se gobierna Lima con un grupo pequeño,
politizado y vinculado a cierta izquierda ONGesca caviar. A eso se agrega el ataque
de los adversarios que repiten que se
han parado todas las obras de la gestión anterior. Los espacios de concertación
promovidos por esta gestión como los encuentros vecinales abiertos, las
públicas y publicadas sesiones del Concejo Municipal, la reactivada Asamblea
Metropolitana de Alcaldes, se perciben como buenas intenciones de gobierno pero
no como verdaderos puentes de relación política.
Aquí la lección aprendida es que la
gestión tiene que poner más atención a pedidos y situaciones concretas. Más agilidad
de los funcionarios a los compromisos políticos de su Alcaldesa (y esa flor la
lanzo y la recojo). Mostrar más a los rostros de los técnicos de la MML (su
lado más fuerte a mi juicio), trabajar mucho más la comunicación política con todos
los alcaldes distritales posibles, con organizaciones sociales y de jóvenes, y muy
especialmente con la prensa crítica.
VICTIMIZACION Y CONFRONTACION. El mensaje de manos limpias y de derechos ciudadanos ha sido percibido más como
discurso que como línea de conducta; y en algunos, como una cuestionada
autodenominación. La lucha contra la corrupción ha sido vista como una
confrontación y no como una demostración de eficiencia en la gestión (que se
puede gobernar mejor sin ser ladrón o lobbysta inescrupuloso). Muchos
consideran que esta línea política se debe simplemente practicar y no tanto
predicar, a pesar que todos reconozcan esa virtud en el buen gobierno.
La percepción de victimización es
otro elemento negativo, como si -diría un conocido politólogo- no se supiera
que la política está llena de hienas, gallinazos y lagartos. Si quieres gobernar Lima, tienes que tener las
armas para enfrentar esa fauna, con menos quejas y más respuestas políticas.
Respuestas por cierto inteligentes, que no deben caer en la provocación sino en
la acción política. En la MML a mi juicio, hay figuras que tiene todo el perfil
para hacerlo.
Hacer una evaluación política autocrítica
es un ejercicio sano que necesita la gestión municipal de Lima. Escuchar y
entender como la ven, como la entienden, como la perciben. Podemos, sus
defensores, responder cada percepción y decir que no es verdad. Que no hay soberbia,
improvisación, incompetencia, confrontación. Yo personalmente creo que es así,
pero obviamente nos hemos equivocado en demostrarlo. Las respuestas solo
tendrán sentido si admitimos que esas percepciones están acompañadas de gestos,
actitudes y decisiones que demuestren espíritu de enmienda. Pienso que muchos
limeños quieren creer en esta gestión y esperan esa reacción para pensar o
repensar su voto, para optar por el NO el 17 de marzo.
Finalmente, recordar que en
política no hay buenos ni malos, lo que hay son intereses. Y que en una
revocatoria la elección es binaria, SI o NO. La pregunta que entonces debemos
hacernos es: qué intereses queremos que estén (o se mantengan) en el gobierno
municipal de Lima? Creo que el SI, siendo
una opción, no ofrece a Lima una opción. Y creo que el NO necesita recuperar la
confianza de los limeños para terminar reformas impopulares pero impostergables.
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