domingo, 13 de enero de 2013

entender las razones del SI



A 2 meses para la consulta de revocatoria en Lima, se puede observar mejor las razones para el voto por el SI. Los promotores de la revocatoria dicen que Lima está parada, y atacan la gestión acusando a la Alcaldesa que no hace nada, no ejecuta obras, no tiene buenos equipos, es incapaz, es improvisada, es soberbia.

No importa si es verdad o media verdad, lo cierto es que esa es la percepción de una parte importante de la población de Lima. Y si hay una lección aprendida es que en política, una percepción es una realidad y también una razón. A la gente no parece importarle los intereses politizados de los revocadores sino SUS propias razones, las razones del hombre común de la calle, que son las que deben merecer atención y preocupación.

Siempre he pensado que la gestión pública y gobernar, necesita de dos cualidades: 1) vocación de servicio público y 2) habilidad política. Habiendo participado en esta gestión municipal, puedo afirmar que ambos elementos existen, y sin embargo, no han sido eficaces para evitar un proceso de revocatoria. Cuáles han sido esos errores que han alejado a una buena parte de limeños de sus autoridades municipales? Ensayo aquí algunas razones; razones que nos confirma la lección que la percepción y la imagen sin ser todo, es muy importante en política.

SOBERBIA. Hay una percepción de soberbia en la gestión municipal. Esa percepción (aunque injusta para sus defensores, es real y muy dañina) se ha alimentado por las limitaciones para defender y explicar decisiones difíciles (reforma del transporte, La Parada), o admitir y corregir a tiempo los errores que inevitablemente se cometen cuando se gobierna. Limitaciones que no se deben a la falta de actitud de la MML, sino principalmente al hecho de no manejar bien las exigencias de reacción y las críticas ante la opinión pública, para hacer el puente y exponer las cualidades de gobierno y seguir trabajando. A pesar que esta gestión empezó evitando los autobombos y la publicidad personalista, no ha encontrado aún la fórmula para mostrar sus virtudes en su estilo de gobierno (y mantener la humildad). Reconocer asimismo, que hay una dosis de soberbia cuando se cree que ser honesto y bien intencionado es una razón para no ser revocado. La gestión de la MML tiene mucho más virtudes que esas para mostrar!

INCOMPETENCIA E IMPROVISACION. Cuando la opinión pública reclamaba acción o reacción ante problemas concretos que el Municipio debía atender (basura, semáforos, huecos, asaltos, ambulantes) las respuestas no tuvieron contundencia. Como si esos temas “menores” no fueran importantes. La opinión pública, los medios y la prensa no recibían material para mostrar la reacción de las autoridades municipales. Y cuando recibían material, la gestión no aprovechaba esos espacios mediáticos para ganar una mejor percepción de capacidad y eficacia. A ello sumamos compromisos asumidos pero que no lograron materializarse, lo que fue carne fresca para los críticos y adversarios políticos. Gobernar Lima es como gobernar un país, lo que te pone en el primer nivel de exigencia en la práctica política y de buen gobierno. Cualquier gestión en la MML tiene que gobernar con una tribuna y un público hipercríticos.

SECTARISMO Y AMIGUISMO. Esta gestión ganó Lima por 50mil votos (una cabeza de hormiga) y ha gobernado Lima sin alcaldes distritales de su partido político. Es un escenario que ha requerido un esfuerzo abierto y permanente de  tendido de cuerdas y de correlación de fuerzas políticas. Ese trabajo ha existido pero no ha sido suficientemente efectivo; persiste en muchos esa imagen (con mucho ajinomoto y cero carne por cierto) que se gobierna Lima con un grupo pequeño, politizado y vinculado a cierta izquierda ONGesca caviar. A eso se agrega el ataque de los adversarios  que repiten que se han parado todas las obras de la gestión anterior. Los espacios de concertación promovidos por esta gestión como los encuentros vecinales abiertos, las públicas y publicadas sesiones del Concejo Municipal, la reactivada Asamblea Metropolitana de Alcaldes, se perciben como buenas intenciones de gobierno pero no como verdaderos puentes de relación política.

Aquí la lección aprendida es que la gestión tiene que poner más atención a pedidos y situaciones concretas. Más agilidad de los funcionarios a los compromisos políticos de su Alcaldesa (y esa flor la lanzo y la recojo). Mostrar más a los rostros de los técnicos de la MML (su lado más fuerte a mi juicio), trabajar mucho más la comunicación política con todos los alcaldes distritales posibles, con organizaciones sociales y de jóvenes, y muy especialmente con la prensa crítica.

VICTIMIZACION Y CONFRONTACION. El mensaje de manos limpias y de derechos ciudadanos ha sido percibido más como discurso que como línea de conducta; y en algunos, como una cuestionada autodenominación. La lucha contra la corrupción ha sido vista como una confrontación y no como una demostración de eficiencia en la gestión (que se puede gobernar mejor sin ser ladrón o lobbysta inescrupuloso). Muchos consideran que esta línea política se debe simplemente practicar y no tanto predicar, a pesar que todos reconozcan esa virtud en el buen gobierno.

La percepción de victimización es otro elemento negativo, como si -diría un conocido politólogo- no se supiera que la política está llena de hienas, gallinazos y lagartos.  Si quieres gobernar Lima, tienes que tener las armas para enfrentar esa fauna, con menos quejas y más respuestas políticas. Respuestas por cierto inteligentes, que no deben caer en la provocación sino en la acción política. En la MML a mi juicio, hay figuras que tiene todo el perfil para hacerlo.

Hacer una evaluación política autocrítica es un ejercicio sano que necesita la gestión municipal de Lima. Escuchar y entender como la ven, como la entienden, como la perciben. Podemos, sus defensores, responder cada percepción y decir que no es verdad. Que no hay soberbia, improvisación, incompetencia, confrontación. Yo personalmente creo que es así, pero obviamente nos hemos equivocado en demostrarlo. Las respuestas solo tendrán sentido si admitimos que esas percepciones están acompañadas de gestos, actitudes y decisiones que demuestren espíritu de enmienda. Pienso que muchos limeños quieren creer en esta gestión y esperan esa reacción para pensar o repensar su voto, para optar por el NO el 17 de marzo.

Finalmente, recordar que en política no hay buenos ni malos, lo que hay son intereses. Y que en una revocatoria la elección es binaria, SI o NO. La pregunta que entonces debemos hacernos es: qué intereses queremos que estén (o se mantengan) en el gobierno municipal de Lima?  Creo que el SI, siendo una opción, no ofrece a Lima una opción. Y creo que el NO necesita recuperar la confianza de los limeños para terminar reformas impopulares pero impostergables.

m/p