Me
he tomado el trabajo de leer casi todas las opiniones de analistas sobre los
inesperados resultados del 17 de marzo. Federico Salazar, Mario Ghibellini,
Martín Tanaka, Raúl Tola, Augusto Alvarez, Sinesio López, Rosa María Palacios, hasta
los abiertamente críticos como Cecilia Valenzuela, Fritz DuBois o Eugenio de Medina. Podemos discutir su interpretación de los resultados, los que perdieron
y ganaron, pero todos coinciden en la necesidad que Susana Villarán concluya su
gobierno con éxito.
Desde
el punto de vista de ciudad, creo que Lima no perdió. Y lo digo así porque al
mantener a la Alcaldesa, se evitó caer un muy complicado escenario de
incertidumbre política y alta inestabilidad de gobierno. El que siga Susana
Villarán es una tranquilidad para que Lima tenga autoridad en la gestión
municipal, y continúe las principales reformas y los proyectos que se han
trabajado en el 2011-2012. Pero hasta ahí nomás. Creer que Lima ganó o que la victoria fue total para el NO, es no solo un
optimismo exagerado sino una visión incompleta del equipo municipal.
Decir
que los errores de la gestión municipal en los dos primeros años fue por
funcionarios inexpertos e incompetentes es descalificar injustamente a todo un
equipo profesional que lideró 37 gerencias. Errores hubieron en la Municipalidad,
pero que eso justifique, sustente una revocatoria del gobierno municipal, o que haya sido la fuente principal de los errores políticos del
gobierno de Susana Villarán, es muy inexacto. La gerencia pública es un déficit en el Estado. Juzgar un equipo, exige primero entender cómo se arman y luego hacer un balance integral.
Gobernar
es ante todo, administrar bien los servicios públicos. Ni la popularidad ni la sola
imagen de Bob El Constructor hacen un buen gobierno, sino la capacidad para resolver
los problemas de los vecinos. Los
niveles de satisfacción y desempeño de los principales servicios públicos,
medidos por encuestas independientes, son más que aceptables: SAT, SISOL,
Parques Zonales, Metropolitano, Emape, Registro Civil, Cultura, etc. El hecho
además que Lima sea una de las ciudades más atractivas para invertir dice mucho
a favor de la gestión municipal.
Es
verdad que muchos áreas siguen con problemas: Seguridad Ciudadana, Defensa
Civil, Sanidad, Emmsa, Setame, etc. También es cierto que algunos errores debieron
asumirse con cambios de funcionarios. Fuerza Social tiene un balance a puerta
cerrada que hacer, y estoy seguro que lo hará con mucha madurez y autocrítica.
Desde
el punto de vista de los actores políticos, no hay que dedicarle muchas líneas al APRA y
Solidaridad Nacional. Ellos también harán el balance sobre su participación. Un
testaferro tan teatrero como criollón, un congresista con plata pidiendo
asueto, otro aprista mediático con medias verdades, una portavoz solidaria y solitaria,
un líder que nunca salió del closet, demuestran el nivel que tiene nuestra
clase política. Para llorar.
Sobre
el PPC, reitero públicamente mi reconocimiento a su apoyo por el NO. Si la
Alcaldesa sigue en su cargo, es porque el empujón del Partido de Lourdes Flores
fue efectivo. Eso hay que reconocerlo y valorarlo. He tenido muchas críticas al
PPC y a alguno de sus regidores, y también a sus posiciones y votaciones bizarras
en el Concejo. Pero ahora toca agradecer al PPC y sus voceros regidores, no por
Fuerza Social sino por Lima. Si estuviéramos en una democracia madura, yo diría
que este hubiera sido la coyuntura perfecta
para proponer a Lima una cohabitación de gobierno a la francesa. Pero el PPC ya
dijo que no asumirá ninguna gerencia. Punto final?
Sobre
la Confluencia y Fuerza Social, aun en la derrota electoral y el purísimo resultado para la bancada revocada, sigo creyendo que han cumplido con
responsabilidad su función de regidores en el Concejo de Lima. Han asumido todo
el costo político que apuntó al Gobierno Municipal y a la Alcaldesa, y nadie
puede negar que esa mayoría apoyó con lealtad a Susana Villarán en todas sus
decisiones de gobierno. Muy lejos está esa imagen que muchos quieren vender, que
Lima estaba siendo gobernada por radicales rojos que nos iban a llevar directo
al caos. Una caricatura que solo refleja la alergia a tener fuerzas de
izquierda gobernando la capital. Eduardo Zegarra y Marisa Glave han sido
voceros de excelente nivel, una nueva generación para la clase política.
Qué
viene para Lima luego de la revocatoria? Un escenario ya bastante bueno será
que se consolide la reforma del transporte. Que se adjudique los ganadores de
la licitación de los corredores complementarios, que se implemente el
reordenamiento de taxistas y que se termine de reordenar puntos críticos como
av. Javier Prado, Av Angamos y Panamericana Norte. Igualmente que se siga
apoyando programas exitosos como Cultura Viva, los nuevos Parques o Ciclodía.
En
cuanto a los proyectos, que se concluyan las obras públicas como Costa Verde y
Barrio Mío, se inicien las concesiones de los megaproyectos Nuevas Vias y Via
Expresa Sur, y se dejen en marcha los nuevos como Túnel Surco La Molina o el de
Tratamiento y recojo de basura para Lima. Si Susana Villarán logra estos
resultados, habrá superado los altos estándares que le dejaron Alberto Andrade
y Luis Castañeda (pero en 4 años, y no en 8).
Siendo
realistas, este es el mejor escenario al que se debe apuntar, aunque no el más
probable. Como lo ha demostrado los dos primeros años, sin alianzas políticas
sólidas, va a ser muy difícil gobernar Lima. Ese quizás fue la lección
aprendida y el error político más duro del período 2011-2012 para Fuerza
Social. Tomar decisiones pensando en el interés público, como si fuera una
abstracción de todos los intereses particulares que lo conforman. Baldazo de
agua fría de real politik.
Cómo
concretará la Alcaldesa su promesa de un gobierno de ancha base, será su
principal reto. La Confluencia y Fuerza Social siguen siendo su mejor base
política organizada y activa. Difícil pensar que otro actor la proteja
políticamente cuando las papas quemen. Salvo que quiera poner piloto
automático, también deberá reforzar sus áreas claves en el Municipio,
especialmente en Seguridad Ciudadana, Emape, en Inversiones y en Emmsa. Todos queremos que Susana
Villarán tenga todo el apoyo para gobernar. Ya tiene 42% de popularidad, no es un mal punto de partida. Si ella gana, Lima gana. Tan simple
como eso.
m/p