miércoles, 10 de febrero de 2010

Las obras no son políticas públicas

El Presidente García ha declarado recientemente que su gobierno dejará más de 100,000obras. Me hizo recordar cuando al final de su segunda mandato, Fujimori anunció que iba a construir un colegio diario, promesa que cumplió por cierto. Toledo no escapó a esta tentación y declaró varias veces los esfuerzos por ser un gobierno que hace obra, a pesar que algunos talibanes no lo dejaban (se refería a los burócratas del SNIP).

Hace poco leí un excelente artículo de Elohim Monard, miembro de la organización de jóvenes Gobierno Coherente, criticando frontalmente a la política tradicional como ineficaz, inútil, demogógica y también corrupta.

Parte de esa política tradicional es el discurso de las obras, como si los problemas públicos del Perú se resolvieran con cemento. Sí, es cierto, en el Perú (quitando Lima) 25% no tiene acceso a agua potable, 20% a energía, y el 50% de la red vial está en regular o mal estado. Son indicadores de un país del tercer mundo y no de una economía emergente y de 5000 dolares per capita.

Tenemos un déficit sí, pero no necesariamente de infraestructura, sino de acceso a un servicio público. Y cuál es la diferencia entre infraestructura (obra) y servicio? Pues es lo que diferencia un político moderno y un político “tradicional”. Déjenme desarrollar la idea con algunos ejemplos.

Un político moderno no piensa en remodelar las grandes unidades escolares, piensa en como mejora los niveles de comprensión de lectura y lógico matemático.

Un político moderno no piensa en construir nuevos hospitales, piensa en cómo aumentar los partos institucionales o en reducir la desnutrición crónica, especialmente en las zonas rurales donde los niveles son críticos.

Un político moderno no piensa en asfaltar miles de kilómetros de carreteras, piensa en cómo mejorar la seguridad vial y la transitabilidad.

Un político moderno no sale corriendo por los cerros con un cable. Piensa cómo mejora el acceso y el uso de energía a la mayor cantidad de familias.

Un político moderno no construye presas gigantes y costosísimas. Primero corrije el abuso y desperdicio de los que no valoran el agua como se debe.
Este cambio de mentalidad es lo que técnicamente se llama Gestión por Resultados, y es lo que el MEF viene tratando de implementar con aun poca fuerza en la reforma del presupuesto por resultados.

Es verdad que el Perú necesita obras, por supuesto, pero tienen sentido solo si resuelven los verdaderos problemas: el analfabetismo, los accidentes viales, el consumo de energía, el desperdicio del agua, la salinización, etc etc.

El discurso del político moderno no es entonces, mi gobierno hizo 100,000 obras, eso no dice nada. Cuántos de los colegios de Fujimori sirven hoy? Cuántos tractores chinos siguen funcionando? Cuántas obras de agua y riego de Foncodes colapsaron a los 6 meses? Cuántas carreteras fueron rehabilitadas y no duraron ni un año? Has visto cómo está la carretera a Cajamarca? A Huaraz?

El político tradicional habla de obras porque jala aplausos y votos. Prefiere asfaltar 100km que rehabilitar 1000km. Da empleo, gasta más, y para los corruptos, da para repartir mejor. Esa es la desgracia de la gestión pública.

Curiosamente, los que nos siguen dando lecciones son los más pobres, esos que saben valorar cada sol que ganan o reciben. Eso me pasó cuando un profesor de un colegio rural me dijo lo que haría si tuviera más presupuesto. Compraría libros, me dijo, aquí lo que se necesita es que los chicos lean. Cuando le dije que haría si tuviera mucho más dinero, me dijo que compraría más libros, de historia, de matemática, de geografía, de literatura, porque los chicos necesitan leer. Pero si aun así tuviera más? El profesor se quedó pensando y me dijo: “creo que compraría más libros para la otra comunidad, pero si aun así hay más plata, entonces construiría una nueva biblioteca”.

m/p

lunes, 8 de febrero de 2010

No más contaminación electoral

Haz visto lo hermoso que se ve el Cerro San Cristóbal, con sus casas de colores y cruz gigante en la cima? Un día de estos, haz el ejercicio y detente a mirar dos minutos seguidos, este tremendo rocón que fuera conquistado en las primeras migraciones en los años 50?

Haz visto lo bien que se ve el río Rimac cuando vas por la Ramiro Prialé hacia Chosica? Cuando llegas a Huachipa en verano, puedes ver desde el puente el impresionante caudal arrastrando las enormes piedras

Haz manejado un domingo muy temprano por la Av Javier Prado, entre la av Arequipa y Pershing, sin autos ni ruidos, y has apreciado lo bien que se ve sus árboles y al fondo la neblina del mar?

Haz visto como ha mejorado la Punta en el Callao, la Av Saenz Peña y todo el malecón? Por cierto, hay dos nuevos restaurantes con vista al puerto que cualquier turista estaría encantado de conocer.

Haz paseado por el jirón de la Unión o por el malecón de Chabuca en el Centro de Lima? No sigue siendo una caminata de lo más interesante, lleno de vida urbana muy limeña provinciana?

Haz visto cómo están arreglando la Av Tupac Amaru, esa mega troncal en el norte que atraviesa 4 de los distritos más populosos de la capital: Rimac, independencia, Comas y Carabayllo?

Alguna vez has vivido mucho tiempo fuera de Lima, sin mar ni playas ni malecón, y luego al regresar, has bajado a la Costa Verde manejando desde la Marina hasta Chorrillos? No sentido ese inmenso placer de viajar bajo tu ciudad a 80km por hora con las olas a tu costado?

Creo que todos los limeños podemos expresar lo mucho que queremos nuestra ciudad. Lima no es aun una ciudad hermosa, pero tiene muchos sitios hermosos. Yo solo he mencionado siete y pueden mencionarse setecientos. Lamentablemente, todavía es una ciudad mayoritariamente sucia, contaminada, insegura y desordenada.

Paradójicamente, son las campañas electorales, ahí donde se supone debemos discutir como mejorar la ciudad y sus distritos, cuando más destrozamos nuestra querida Lima.
No te duele, no te indigna, no te deprime ver como pintan el cerro San Cristobal como si fuera un mural particular? Los miles y miles de paneles, de todo tamaño, color y foto en la Javier prado, en la costa Verde, en la Av la Marina, en la Av tupac Amaru, en el Campo de Marte, etc etc? No te da pena ver como se gasta miles de soles en Villa El Salvador, en San Juan de Lurigancho en pintar paredes, cerros, paneles y demás variopinta y contaminante propaganda?

En 1995, nadie creía que los limeños podíamos ponernos un cinturón de seguridad al manejar. Todos los turistas extranjeros se quedaban admirados de nuestra informalidad vial, una vergüenza, pero lo corregimos. Por qué no se puede hacer lo mismo y hacer campañas electorales limpias?

Y estoy hablando de Lima porque soy limeño y voto aquí, pero esto vale para todo el Perú.

m/p