Esa frase la escuché a un político
que, siendo experimentado en la gestión pública, no dejaba de ser político. Su principal
preocupación era la ejecución de obras. Si quiere UD saber la diferencia entre
un político y un técnico, el primero siempre le preguntará cuándo se inicia la obra,
y el técnico cuánto cuesta, o cómo y dónde se ejecutará.
El Perú creó el Sistema Nacional
de Inversión Pública (SNIP) hace casi 10 años para apoyar el trabajo de los
técnicos, pero también de los políticos. En concreto, para que los impuestos de
todos no terminen financiando elefantes blancos, obras que no duran ni un año, obras
con sobrecostos o que simplemente no sirven.
Ejemplos, lamentablemente,
existen y son muchos. Las evaluaciones de Foncodes en los 90s decían que la
mitad de las obras tenían problemas de operación y mantenimiento, osea, no
funcionaban. Los colegios del extinto INFES quedan pocos en buen estado.
Recientemente, la descentralización no se ha escapado de plazas de toros,
estadios vacíos, plazas y monumentos “neo-rococós”, megapalacios municipales,
etc.
Hoy, se vuelve a criticar al
SNIP, como la fuente de la poca capacidad del Estado para gastar rápido. En
realidad, es el dolor de cabeza de muchos políticos que ven sus obras frenadas
o cuestionadas por el SNIP. Lo cierto es que hay mucho de leyenda burocrática en
esto y, como toda leyenda, hay cosas que son verdad y cosas que no.
Veamos primero lo que no es
verdad.
No es verdad que sea culpa del
SNIP la baja ejecución de las inversiones. Este primer semestre alcanzó solo el 27%, unos S/9,500 millones lo que ha reactivado las críticas a las supuestas trabas del Sistema a los proyectos que necesita el país. En realidad, en lo que va del año el SNIP ya ha aprobado proyectos de inversión por más de S/.22,000 millones. Si sumamos los proyectos aprobados años anteriores y que aun no se ejecutan, la cifra puede llegar a S/.40,000 millones sin problema Cómo
puede ser culpable un Sistema que ha aprobado mucho más proyectos que el
presupuesto disponible?
No es verdad que el SNIP sea la
principal fuente de retraso o lentitud de las inversiones. Lo que se aprueba en
el SNIP hoy se ejecuta uno o dos años después. Lo que explica el retraso HOY
son las dificultades en la disponibilidad de terrenos donde se ejecutará la
obra; las autorizaciones y permisos arqueológicos, ambientales o municipales; o
expediente técnicos mal hechos que deben volver a hacerse. Todo ello agravado por la escasa
disponibilidad del Estado para contar con buenos gerentes de proyectos.
No es verdad que el SNIP rechaza
proyectos productivos y sociales. Por lo menos conceptualmente, eso es
incorrecto. Y en la práctica el SNIP ha aprobado proyectos como Sierra Sur e
INCAGRO que no es otra cosa que proyectos que promueven la innovación
productiva. Asimismo, a través del FONIPREL ha aprobado proyectos contra la
desnutrición infantil.
Ahora veamos lo que es verdad
Es verdad que el SNIP está
sobreregulado y que tiene demasiados procedimientos que hace muy difícil su
comprensión. Constructivamente hablando, eso se puede mejorar sustancialmente
simplificando las normas, especialmente la Directiva General. No creemos que el
Reglamento y La Ley requieran modificaciones sustanciales.
Algunas propuestas puntuales: a)
eliminar la doble evaluación para operaciones de deuda b) mantener la definición
de Proyecto del Reglamento c) eliminar la aprobación de TdR en proyectos de
perfil d) acotar los contenidos mínimos de los perfiles simplificados
Es verdad que el SNIP ha
desarrollado mejor sus evaluaciones en proyectos de infraestructura
(carreteras, saneamiento, riego, electrificación, colegios, hospitales, etc).
Pero ello no niega que acepte proyectos de capital social o humano (nutrición,
alfabetización, alimentarios). Otros SNIP como Chile y Colombia lo aceptan y se
resuelven con la aprobación de Manuales y Guías.
Es verdad que el SNIP pone
restricciones a inversiones de carácter privado, por ejemplo, riego
tecnificado, reforestación en parcelas, conexiones de agua o energía
intradomiciliaria, etc. Esta regla es correcta cuando los privados pueden
perfectamente asumir esos costos. Tiene sentido hacerlo en zonas rurales de
extrema pobreza? Diversos estudios han demostrado el bajo acceso y uso de
servicios básicos de luz, agua o desague por estas limitaciones. Se puede
flexibilizar.
Es verdad que el SNIP no ha
desarrollado mecanismos para proyectos en zonas muy alejadas y de
complicadísima accesibilidad, y por lo tanto de muy altos costos de
construcción, transporte y mantenimiento. Es el caso de la selva o la sierra
rural. No se puede exigir los mismos parámetros de costos que un proyecto en la
costa o zona urbana. Sin embargo, igual debe haber un control de calidad.
En el balance, tenemos resultados
positivos del SNIP en el Perú. El Banco de Proyectos debe ser una de las bases
de datos más completa de la región, con un aplicativo informático amigable y
que sigue modernizándose. La base conceptual y metodológica del SNIP peruano
debe ser una de las más consistentes que ha contribuido a mantener una
disciplina fiscal de control de calidad importante. Junto con Presupuesto y
Contrataciones, es el sistema administrativo más difundido en el actual proceso
de descentralización. Las Oficinas desconcentradas del MEF son un gran apoyo.
El SNIP también tiene desafíos. Como
todo sistema administrativo necesita simplificar su normatividad y sus
procedimientos administrativos sin afectar la rigurosidad de la evaluación. Más
confianza en los recursos humanos que en los papeles, los vistos y las firmas.
Por ello es clave el apoyo para que se formen sólidos equipos técnicos en las
oficinas del SNIP. De otro lado, no exageramos cuando observamos que la calidad
de la evaluación de los proyectos ha bajado, especialmente en los niveles
regionales y locales. La descentralización requiere acompañamiento. Nadie
quiere que el SNIP se convierta en un mero trámite administrativo, sino por el
contrario, un verdadero control de calidad. Promover Unidades Formuladoras
certificadas, por ejemplo, con las universidades o instituciones
especializadas, con facilidades de contratación para regiones y municipios
puede ser una buena opción. Eso evitará los riesgos de muchos consultores
informales y poco serios que estafan literalmente a las autoridades
municipales.
Para terminar, algunas
recomendaciones adicionales para mejorar los niveles de ejecución de inversiones:
- a) Que la Ley del Canon permita que un porcentaje (hasta 10% por ejemplo) puedan destinarse como fondo de garantía a entidades financieras (cajas municipales, banco agrario, cofide, etc) para el financiamiento de proyectos productivos.
- b) Que se dé mayores facilidades para que los gobiernos regionales y locales puedan tomar deuda a largo plazo, manteniendo la disciplina fiscal.
- c) Que el Estado pueda utilizar recursos de inversión para otorgar garantías no financieras a los proyectos APPs en sus diferentes modalidades, incluida la Iniciativa Privada (cuyo plazo de 90 días puede ampliarse a 120 para promover más competencia)
- d) Que se asista directamente a las regiones y municipios con importantes recursos de canon (mayores a 20 millones anuales por ejemplo) para que constituyan Unidades Ejecutoras de proyectos con equipos técnicos de primer nivel y con régimen laboral privado.
- e) Asignar una partida especial a los gobiernos regionales que, bajo indicadores de desempeño bien definidos, para la contratación de personal altamente calificado en gestión de proyectos. Este proceso puede ser acompañado por la agencia SERVIR.
es cierto el tema de los politicos que aveces quieren hacer lo que quieren y que no consideran aveces la parte tecnica, pero muchos de ellos dicen, ya que se le pague a tal persona con un perfil pue, lo que trate de ver el tema de ufs certificadas es medio dificil, por que siempre estan cambiando cuando no hacen lo que el politico quiere, al final ellos tienen la sarten por el mango, si no es el alcalde, es el gm o el gerente de obras o desarrollo urbano, lo mismo a las opis, mucho observa, hay que cambiarlo!!
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