jueves, 20 de agosto de 2009

FORSUR, para que no se repita

Hace dos años el Perú sufrió uno de los mayores catástrofes producidas por un sismo: 500 muertos, 17000 viviendas destruidas, más de 80,000 danmificados entre Cañete, Huaytará, Chincha, Pisco, Ica y Nazca.



La catástrofe nos ha dejado lecciones aprendidas, que el Estado y todos los peruanos no debemos olvidar. La primera es que nuestro sistema de defensa civil funciona de manera muy precaria. Los municipios no están preparados para enfrentar un desastre de esa escala, aunque hicieron lo que pudieron en las primeras 48 horas críticas de la emergencia. Cuántos miles de damnificados, especialmente niños, tuvieron que morirse de sed, de hambre y de frío! Luego, vino el gobierno nacional, que en medio de un desorden impresionante, trató de atender a los heridos y proveer de abrigo, alimento y medicinas. La cooperación internacional prefirió operar por su cuenta en lugar de apoyarse en una contraparte gubernamental.



LA segunda lección aprendida es la creación del FORSUR, que surgió como propuesta política para enfrentar el desastre. Fue una mala idea. La ley que lo creó se hizo de manera informal y entre gallos y media noche. Creó una Unidad Ejecutora que no ejecutó gran cosa, y terminó transfiriendo recursos a los municipios y a los ministerios, es decir, más burocracia. Lo exoneró de los controles de gasto como el SNIP y contrataciones, cuando ya existían normas simplificadas para esos casos. Como consecuencia, dado que la plata pública siempre necesitará reglas para gastarse, salvo que quiera ir uno preso, FORSUR terminó creando nuevos trámites. Para qué?



El FORSUR debilitó el Sistema Nacional de Defensa Civil y asumió funciones que le corresponde a los municipios y los gobiernos regionales. Si el gobierno nacional quería apoyar, pudo haberlo hecho perfectamente desde los ministerios como ya lo ha estado haciendo. FORSUR ha recibido una cantidad enorme de recursos y no existe ningún informe público ni auditoría técnica sobre su trabajo. Dados los resultados, la ciudadanía exige una explicación sobre el uso de esa plata.



La principal lección para este y los futuros gobiernos es que frente a un desastre, el Estado no debe hacer experimentos. Debemos fortalecer nuestros Sistema Nacional de Defensa Civil, al INDECI como ente rector, y especialmente a los gobiernos locales a nivel provincial. Aquí debemos proveer el mejor personal calificado en prevención, un buen sistema de registro y de información de peligros, así como una adecuada capacitación sobre los protocolos, sobretodo en las escuelas.



Nadie desea otro desastre, pero el Perú tiene todos los peligros naturales, salvo huracanes o tifones. Ideas como el FORSUR no deben repetirse. La reconstrucció n no es un objetivo de largo plazo, y nuestros compatriotas del sur no merecen sufrir la inoperancia del aparato estatal.



Lima. 15 de agosto de 2009

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