miércoles, 9 de diciembre de 2009

Las incoherencias de la democracia representativa

¿Es coherente que un congresista, elegido para legislar y fiscalizar, acepte asumir una función ejecutiva, como el de Ministro de Estado o Vicepresidente de la República? ¿Es coherente que ese Ministro-Congresista siga teniendo voto en las sesiones del Pleno?

Pues resulta que ambas situaciones son posibles y legales en el Perú. Pero la discusión no es esa, porque sabemos que las normas no son sinónimo de coherencia, aunque debería ser así. El hecho es que hemos tenido Ministros congresistas, alcaldes Ministros, Presidentes y vice Presidentes Regionales Ministros y, según la propuesta reciente, también podríamos tener Congresistas Presidentes Regionales.

Ciertamente, en varios casos, es necesario pedir licencia pues es muy complicado asumir un cargo y luego retomar el que dejó.
Estos esquemas poco ordenados a mi juicio, se observan en otros países. Francia ha tenido y tiene Ministros que son Presidentes de Regiones o Prefectos, y nadie ha protestado por esta facultad en la alta función pública y la responsabilidad en la representación.

Pero algo no termina de cuadrar en estas opciones, por lo menos, me deja una sensación de incoherencia en estas reglas. Es claro que nadie puede asumir estos cargos en simultáneo, de ahí la posibilidad de la licencia, pero lo que no entiendo es que siendo un cargo elegido por los ciudadanos, pueda ser susceptible de renuncia temporal o permanente. Es decir, uno puede decirle a sus electores, sin mayor cuestionamiento, señores renuncio a mi cargo porque me necesitan en otro puesto en la función de Estado. ¿Eso es así?

Creo que una función de representación, sea ejecutiva o legislativa no puede ser abandonada, salvo problemas de salud o de delito grave, o por último, revocatoria.

Por eso, creo que la función de congresista no puede ser sujeto de licencia para asumir otra función, y creo además que debe ser a tiempo completo como el de todo funcionario público, salvo actividades de docencia o privadas que no tengan nada que ver con el ejercicio de su función.

Me resulta por ello, difícil apoyar la iniciativa para que los congresistas puedan postular a una presidencia regional. Realmente, siento que esos congresistas le están sacando la vuelta a sus electores, pues no terminarían el mandato por el que prometieron trabajar. Y el otro elemento que da una mala señal es que esto pretende ser implementado en el 2010, en clara muestra que es una medida para intereses muy específicos de algunos congresistas.

El gobierno debería poner orden en sus huestes y dar el ejemplo. Será pedir mucho?
m/p

2 comentarios:

  1. La política es percibida por los oportunistas de siempre como un negocio, de manera que "hay que buscársela", según la lógica utilitarista de la mayoría de "representantes". Lo lógico, para una democracia que aspire a fortalecerse, sería exigir que para ser congresista, por ejemplo, se haya ejercido algún cargo de representación (por más pequeño que sea). En algunas democracias sólidas no se concibe un presidente que no haya sido congresista y que este, a su vez, no haya sido alcalde, gobernador, regidor... Aquello que Fujimori denostaba como "política profesional" es lo que se extraña... no el que vive de la política, sino el que vive para ella.
    Un abrazo,
    jc.

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  2. Efectivamente, la función pública debe tener tres elementos:
    - profesionalismo
    - vocación de servicio
    - ser un referente ético
    m/p

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